Discernir, Formar, Acompañar: Un Espacio de Comunión Latinoamericana en clave sinodal

19 de julio de 2025. Mons. Lizardo Estrada Herrera, Secretario General del CELAM, celebró la Sagrada Eucaristía en acción de gracias por la clausura del XLVI Curso Latinoamericano para Formadores de Seminarios Mayores en Bogotá, Colombia, Casa de encuentros del CELAM: "¡Gracias, hermanos sacerdotes!!! Fueron tres semanas de aprendizaje, compartir y fraternidad en nuestra sede. Ahora culmina esta etapa de más de 67 formadores de Seminarios Mayores de América Latina y el Caribe en alianza con OSLAM. Vayan en misión a formar nuevas generaciones de pastores con olor a oveja y modelo de santidad cotidiana".

Palabras del padre Eric Wilson Cosme Tavárez, Vocal Caribe y Antillas:
En nombre de la Organización de Seminarios Latinoamericanos, en la persona de su
presidente el P. Dionicio Roberto Gómez, y de los demás miembros de la directiva,
queremos dar las gracias a la presidencia del CELAM, por la acogida.
En la persona del Secretario General, Mons. Lizardo Estrada, y del Secretario Adjunto el P. Eric Iván García, gracias por todas las ayudas prestadas, sepan que nos sentimos muy a gusto y bien tratados, desde el primer día hasta el último. Agradecer también a Yenny Tellez, que desde la Secretaría General ha brindado apoyo en todo a OSLAM, gracias por toda su preocupación, trabajo, dedicación y esmero en cuidar cada detalle para que todo salga bien. Queremos a su vez, agradecer los detalles y atenciones que nos brindaron los responsables de los cuatro centros pastorales del CELAM y sus equipos de trabajo. Me refiero a:
- Gestión del Conocimiento; Centro para las comunicaciones
- Centro de Programas y Redes de Acción Pastoral; y el CEBITEPAL.
Queremos también agradecer al P. Fabio Antunes do Nascimento, quien acompañó durante tres años el trabajo del CEBITEPAL, aunque no está aquí presente, su apoyo y aportes fueron muy importantes para el desarrollo de este curso para Formadores.
Agradecer también a todo el personal del CELAM, a la Congregación de las Hermanas de Nazaret, al personal de oficinas, al personal de cocina, aseo y seguridad. Agradecer a los obispos de cada uno ustedes, estimados participantes, a sus superiores y a sus rectores y a sus seminarios, por permitirles venir hasta aquí a vivir esta experiencia. Gracias por la asistencia, la apertura mostrada, por el dinamismo, la alegría, el trabajo intenso, la fraternidad, la buena disponibilidad y disposición para participar y vivir esta experiencia formativa.
Agradecer a todos los expositores que estuvieron con nosotros semana tras semanas:
P. Mauricio Damián La Rosa, P. Juan Manuel Beltrán, P. Juan Pablo Dreidemi y al P. Ramón García Reinoso, por su tiempo, disponibilidad y por compartir generosamente sus saberes y sus experiencias. Que Dios les premie y acompañe siempre y les permita seguir compartiendo lo que Él ha puesto en sus mentes y corazones sacerdotales. Agradecer al Mtro. Juan Fernando Sánchez, secretario adjunto de OSLAM, quien desde su presencia bien discreta pero eficaz, ha trabajado en la organización, en la logística, en el montaje y en el desarrollo de este curso.
En nombre de la directiva de OSLAM, queremos pedir también disculpas por cualquier inconveniente que se haya presentado a lo largo del curso, o por las cosas que quizás no salieron como debieron y fueron planificadas. Finalmente termino estas palabras repitiendo la exhortación de San Pablo en la segunda carta a los Corintios: «Hermanos: como colaboradores que somos de Dios, los exhortamos a no echar su gracia en saco roto» (2Cor 6,1).
Lleven a sus seminarios y seminaristas todo lo aprendido y vivido aquí en este curso. Atrévanse a ser formadores diferentes e innovadores, formadores sinodales, que se distingan en el ejercicio formativo, por formar a nuevos pastores según los criterios de la Iglesia y según el corazón misericordioso de Dios. Que podamos seguir formando, pastores plenamente humanos, pero con un corazón enraizados en el amor trinitario, que busquen constantemente en su vida y en su accionar el reino de Dios y su justicia. Gracias y nombre de OSLAM, buen viaje y buen regreso a casa.

Palabras del Pbro. José de la Cruz, de Venezuela, en representación de los padres formadores:
¡Qué bueno es alabar al Señor y bendecir su nombre! (Salmo 100)
Bendito sea Dios, por estas oportunidades que nos da para seguir creciendo como personas, como hermanos, como sacerdotes del Dios de la misericordia; bendito sea Dios por las personas que envía a nuestras vidas para ayudarnos a redescubrirnos como Hijos muy deseados y amados por Dios.
En nombre de todos mis hermanos formadores, agradecemos a los Padres: Mauricio, Juan Manuel, Juan Pablo y Ramón por enseñarnos que, antes de ser sacerdotes, hay que ser profundamente humanos, empáticos y conscientes de nuestras limitaciones y fortalezas; somos don precioso de Dios, pero tenemos que seguir profundizando en su misterio Trinitario para encontrar la fuerza y la sabiduría que nos da vida eterna. Qué bonito, que hoy podamos darnos cuenta de que, en la herida está la fuente de vida; así nos lo muestra el costado abierto de Cristo en la cruz; asi hemos abierto nuestros corazones en estas tres semanas para dar luz con nuestras heridas y testimonios; así hemos revivido la escena de Jesús y la Samaritana junto al pozo: “Dame de beber”. Hoy, al finalizar este curso de formadores, regresamos sedientos de Dios, deseosos de ser formadores al estilo de Jesucristo, el hombre-el Dios con nosotros.
Han sido días de mucho aprendizaje, pero, sobre todo, de fraternidad. Hoy podemos decir: el Señor me ha regalado nuevos hermanos y muy valiosos; por eso nos vamos rebosantes de alegría y consolación, sabiendo que no estamos solos en esta misión de formar a los futuros pastores de la Iglesia, pues, contamos con la gracia originante de Dios en su Hijo a través de su Espíritu; contamos también con la gran familia de la Iglesia, remamos en la misma dirección.
Bendito sea Dios por estos espacios: como el CELAM; gracias a toda su directiva, en la persona de Monseñor Lizardo; a Yenny, Juan Fernando, P. Eric al cuadrado (Eric de Rep. Dominicana y Eric de Puerto Rico), a los Padres Sulpicianos en la persona del Padre Elías; a las Hermanas de Nazareth y todo el equipo que durante estos días nos han acompañado con amor y paciencia: pedimos perdón por nuestras fallas, recuerden que aunque muy sacerdotes del Altísimo, seguimos siendo humanototototes como dice el P. Ramón.
Gracias a OSLAM, a su directiva: por darnos luces y ayudarnos a ampliar el horizonte en esta hermosa pero delicada misión de formar. Gracias a todos.
Qué, en medio de nuestros seminarios sigamos caminando juntos en Sinodalidad, con fe en los procesos de Dios, como peregrinos de esperanza y mensajeros del amor y la misericordia.
¡Gracias a todos!



